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OtterBox y la campaña “Made for Yes”: cómo conectar con la Gen Z desde la emoción

  • Foto del escritor: Delfy
    Delfy
  • 28 jul
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 14 ago

Sumergámonos en la ola de evolución que está viviendo OtterBox, una marca que hasta hoy había sido sinónimo de robustez, pero ahora nada hacia nuevas aguas: la emocionalidad, la inclusión y la espontaneidad. Esta transformación, impulsada por su nueva campaña "Made for Yes" y el empuje creativo de Digitas, nos invita a explorar cómo una estrategia puede elevar tanto la percepción como la conexión.


Mientras su reputación de durabilidad sigue intacta, el foco ha virado hacia los valores que movilizan a la Generación Z: la autenticidad, la autoexpresión, la diversidad y el deseo de vivir más fuerte y con propósito. Este movimiento estratégico busca equilibrar la herencia de protección con historias que vibran en lo emocional y cultural.

Made for yes

Según Sam Quagliano, VP de Marketing, OtterBox detectó en sus estudios una percepción estereotipada: “todavía nos ven como la funda negra, tosca, para el celular del padre”. Pero la marca es mucho más. Se reinventan para incluir audiencias más jóvenes, diversas y mayoritariamente femeninas, sin abandonar a los nostálgicos originales que valoran su fiabilidad.


La campaña “Made for Yes” va más allá de una simple promesa de producto: es un llamado a decir "sí" a la vida, a momentos intensos, a historias que inspiran. Atit Shah, CCO de Digitas, lo sintetiza así: “'Made for Yes' se trata de abrazar esas pasiones que nos impulsan a salir de nuestra zona de confort”.


Detrás de este lanzamiento hay datos espectaculares: un incremento del 1 704 % en seguidores en Instagram, un 164 % más de engagement en TikTok y 1,7 millones de impresiones solo en su campaña con creadores. No son solo números: reflejan una resonancia profunda con una generación que demanda marcas que “crean con ellos”, no para ellos.


La ejecución estratégica mantiene el equilibrio entre marketing de performance y narrativa de marca. OtterBox regresa con fuerza a medios masivos para construir alto reconocimiento, mientras mantiene la precisión del entorno digital para convertir ese engagement en resultados. Están apostando a un enfoque mixto que fluye: desde sensibilizar, hasta acompañar la decisión de compra.


El eje auténtico de esta estrategia es el contenido creado con influencers, que refleja momentos reales: como en Coachella, donde 10 creadores capturaron el espíritu espontáneo y vibrante de “Made for Yes”. Es una narrativa en primera persona, sin filtros, que alinea producto y experiencia en una misma melodía.


Además, hay un movimiento visual que acompaña esta nueva voz: la renovación estética con colores audaces, diseños personalizables y ediciones por temporada, herramientas que permiten que la funda se convierta en extensión de la identidad de quien la usa .


Para reforzar este enfoque desde el storydoing, OtterBox ajusta sus alianzas de marca hacia contextos culturales relevantes: eventos, lifestyle y cultura joven, alejándose del único discurso técnico. Es una sinfonía de autenticidad, relevancia y propósito.


En resumen, OtterBox evoluciona de sellar pantallas contra golpes, a sellar momentos de vida. Transforman protección en posibilidad, usabilidad en emoción, producto en parte de narrativas auténticas que inspiran a decir “sí” más seguido, y más fuerte.


Para nosotros en Tres Nodos, esta transición representa el arquetipo de Lover‑Herald: una mezcla perfecta de intuición emocional y pulsión estratégica. Nos invita a pensar cómo las marcas pueden surfear corrientes sensibles, activar conexiones reales y liderar con historias que palpitan. Si defendemos una estrategia de branded content que conecte, sumerjamosnos en la ola de “Made for Yes” y aprendamos de OtterBox: protección y propósito pueden nadar juntos, y lo hacen mejor cuando van de la mano. Encontramos así inspiración para relatos de marca y creamos corrientes de empatía que les permitan decir sí, cada día, con confianza y resonancia. ¿Qué opinan?

 
 
 

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